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“El secreto de mi éxito fue rodearme de personas mejores que yo”

Andrew Carnegie

 

¿Cuántos días terminas satisfecho con todo lo que has hecho en tu trabajo? Seguro que en más de una ocasión te sientes mal porque no eres capaz de cumplir tu agenda.

 

Necesitas tiempo para sentarte a diseñar nuevas estrategias que te llevarán a cumplir los objetivos de tu negocio, esos que conseguirán incrementar tus ventas. 

 

Sin embargo, un día más se te va el tiempo haciendo tareas que ya no te corresponden. Y esto te pasa porque ha llegado el momento en el que debes comenzar a delegar algunas tareas, ¿delegar? Eso es prácticamente imposible.

 

¿Te suena esta situación? Es mucho más habitual de lo que parece. Y es que muchas veces nos dejamos llevar por nuestra mente, y la cantidad de excusas que ella sola va creando.

 

Voy a hablarte de los 6 miedos que te están impidiendo delegar; son esas excusas que se han convertido en mantras dentro de tu cabeza. También te ayudaré a empezar a delegar con 2 sencillas estrategias que te harán sentir muchísimo mejor.

 

¡Vamos allá!

 

¿Por qué nos cuesta tanto delegar?

 

La verdad es que todo está en la mente; es tan poderosa que puede ponernos barreras infranqueables. Como los miedos y falsas creencias que aparecen cuando llega el momento de delegar.

 

Tiene sentido que te entre el pánico cuando tienes que confiar tus tareas a otras personas. 

 

Y este miedo se multiplica por mil cuando tú eres el dueño de tu propio negocio, y te has pasado ni se sabe las horas delante del ordenador creando este imperio que hoy es tu empresa.

 

Estas son las 6 afirmaciones que te están impidiendo dar un paso más en tu negocio, ¿con cuántas te sientes identificado?

 

Con todo el tiempo que me lleva explicárselo, mejor lo hago yo

 

Es lógico lo pienses, sobre todo en esos momentos en los que tienes tantísimo trabajo que cualquier distracción te parece una pérdida de tiempo.

 

Pero esto no es una distracción para ti, es una inversión. Es normal que tengas que invertir una mañana, un día o una semana en formar a la persona que hará esas tareas por ti.

 

¿Te imaginas la tranquilidad de tener tiempo para hacer lo que realmente debes hacer?

 

Claro, pero es que si delego mis tareas es como que dejo de trabajar

 

Es una sensación muy habitual, ¿sabes por qué? Porque no tienes una jerarquía de prioridades en tu cabeza.

 

Todas las tareas son necesarias, por supuesto. Sin embargo, hay tareas que tú no debes hacer; cuando comenzaste con tu negocio eran muy importantes y solo tú debías realizarlas.

 

Pero ahora ya estás en otro nivel. Tu empresa, tu negocio ha comenzado a crecer y ha llegado el momento de establecer prioridades, ¿de verdad crees que es importante que tú te ocupes de la facturación? Ojo! del control de la facturación sí, por supuesto. Pero, ¿también tienes que hacer tú las facturas?

 

El tiempo que vas a ganar lo emplearás en hacer esas tareas que te corresponden pero que no podías poner en práctica porque te pasabas el día haciendo facturas.

 

Es que no entiende lo que yo quiero

 

Una de las tareas más difíciles de todas es la comunicación. Delegar es saber comunicar lo que quieres que esa persona haga; pero no debes explicarle cómo debe hacerlo.

 

Tienes que sentarte a su lado y contarle qué necesitas, cómo vas a medir su eficacia y qué es para ti lo más importante de la tarea. 

 

Debes asumir que habrá un período de adaptación en el que es muy probable que tengas que corregir algunos detalles del proceso. Y esto no significa que la persona en quien has delegado esa tarea no ha entendido nada de lo que le has querido contar; no desesperes y confía en su capacidad de presentarte los resultados que tú quieres.

 

Yo soy mucho más rápido y lo hago enseguida

 

La rapidez en la ejecución de una tarea solo es una consecuencia de la práctica, así de sencillo. Si tú has conseguido hacer esa tarea en un tiempo récord, ¿por qué no lo van a conseguir los demás?

De nuevo está en juego la escala de prioridades en tu cabeza. Muchas veces, estas tareas tienen un plazo de ejecución y te engañas a ti mismo pensando en quitártela del medio cuanto antes.

 

El problema aparece cuando esto se vuelve rutinario. ¿Cuándo vas a comenzar a hacer las tareas propias de tu responsabilidad? piénsalo.

 

No lo van a hacer como a mí me gusta, es que yo lo hago mejor

 

Nadie hará nada exactamente igual que tú. Al igual que tú jamás harás nada igual a otra persona. 

 

Pero no se trata de hacerlo como un calco; es cuestión de hacerlo bien. 

 

De nuevo, tienes que definir los parámetros con los que la tarea está bien hecha para ti. Transmite a tu delegado cómo vas a evaluar la tarea y cuál es tu criterio para darle el aprobado.

 

Hay cosas que no se pueden delegar, yo tengo que tener el control

 

Es una afirmación con mucho sentido; efectivamente, tú tienes que tener el control. 

 

Pero tener el control de la facturación de tu empresa no quiere decir que también tienes que hacer las facturas una a una.

 

Este tipo de afirmaciones solo consiguen que te conviertas en un cuello de botella para tu negocio. Y si te gusta la idea de crecer, y te apetece subir de nivel, tienes que entender que hay tareas que no debes hacer tú porque solo te hacen perder el tiempo.

 

El único control que tú debes tener es el resultado de cada tarea, comprobar que todo va como tú has planeado y verificar que las tareas bien hechas solo están llevando tu empresa por el camino que tú has marcado.

 

2 Técnicas sencillas que te ayudarán a delegar sin excusas

 

Como te decía, muchos de los miedos que tenemos antes de confiar nuestras tareas a alguien externo, surgen porque no hemos establecido una jerarquía de importancia en las propias tareas.

 

Con estas dos técnicas tendrás una visión de tu negocio mucho más estructurada, y te aseguro que no sentirás ninguno de esos miedos que he compartido contigo en este artículo.

 

La técnica del 25%

 

Muchas veces, cuando escuchamos la palabra delegar, parece como que de repente va a entrar en tu vida una persona que va a quitarte toda tu autoridad.

 

Y nada más lejos de la realidad; porque eres tú quien debe mantener el control. Pero el control de todo, también de las tareas que quieres delegar y cómo vas a controlar que todo está en orden.

 

La técnica del 25% consiste en lo siguiente:

 

  • Anota en un papel todas las tareas que realizas durante la semana junto al tiempo que te lleva cada una.

 

Solo con este gesto te aseguro que vas a llevarte una sorpresa; tú mismo vas a ver la gran cantidad de tiempo que estás invirtiendo en hacer tareas que no te corresponden.

 

  • Ahora tienes que elegir las tareas que son delegables y que suponen el 25% de tu tiempo. Es probable que este tipo de tareas te están absorbiendo más tiempo, pero solo puedes elegir el 25%.

 

Esto te ayudará a evitar esa sensación de que dejas de trabajar cuando comienzas a delegar, como te comentaba en el apartado anterior.

 

Y comienza a delegar esas tareas elegidas de inmediato.

 

  • Por último, en esa hoja donde comenzaste a escribir tu lista de tareas semanales escribe qué harás durante ese tiempo que te has quitado. Piensa en tareas propias de tu responsabilidad, mejoras para tu negocio, estrategias, objetivos, ¿qué tal regalarte algo de tiempo libre? Esto mejorará tu rendimiento.

 

La técnica de tu actor favorito

 

¿Quién es tu actor favorito?, ¿a quién admiras en tu vida, tu padre, un amigo, un personaje de la Historia?

 

Esta técnica es muy bonita y te ayuda a aprender a priorizar las tareas. Cada vez que te pongas a hacer una factura piensa en si “George Clooney” o “Meryl Streep” harían las facturas en sus carreras de actores.

 

De esta manera, tú mismo aprenderás a entender la importancia de cada tarea que haces. Y con el tiempo, serás el primero en solicitar un ayudante sobre el que delegarás todo eso que no debes hacer, porque tienes que ocuparte de tu negocio.

 

¿Quieres aprender a delegar de manera eficaz sin perder el control? En este artículo te explico qué funciones debes empezar a delegar, cómo hacerlo y los beneficios que obtienes cuando aprendes a ponerlo en práctica.

 

¿Con cuántas afirmaciones de las que te he compartido en este artículo te sientes identificado?, ¿las viviste y conseguiste superar estos miedos? ¡Cuéntamelo en los comentarios!

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