Entradas

Asistencia virtual y autoconocimiento son dos conceptos que están más ligados de lo que puede parecer a simple vista.

Mamen Pérez de Colaboración Knowmada ha venido como invitada al blog para hacer un análisis sobre cómo debemos enfocar nuestra actividad como asistentes virtuales en función de nuestras habilidades y deseos.

Mamen nos invita a hacer un viaje de autoconocimiento hacia la reinvención, fruto de sus años de experiencia como formadora de asistentes virtuales.

Te dejo con ella, estoy segura de que vas a disfrutar muchísimo este post 🙂

 

Asistencia virtual slow. Reinventarse de dentro hacia fuera.

 

¡Hola! Soy Mamen y estoy encantada de haber sido invitada por Dolores a este espacio para poder charlar, con honestidad y pasión, de la profesión digital que llevo desempeñando desde 2015: la asistencia virtual.

Todo empezó cuando, embarcada en un primer proyecto digital propio, que no me generó apenas ingresos pero sí muchas ganas de aprender sobre negocios online por dentro, recibí el mensaje de un compañero emprendedor.

Este compañero, cuyo negocio prosperaba a gran velocidad, me propuso echarle una mano con los correos que recibía, la maquetación de los artículos de su blog y el soporte a sus clientes y lectores.

Fue así como, sin pretenderlo, empecé a practicar la que hoy, 6 años después de aquello, se considera una de las profesiones más demandadas en este nuevo paradigma laboral.

No sólo llegaron nuevos clientes sino que, varios años después, comencé a recopilar todo lo aprendido para enseñarlo a otras aspirantes a asistentes.

El camino hasta aquí ha sido desafiante y gratificante a partes iguales. Fundar la primera escuela de asistencia virtual y autoconocimiento ha implicado muchas horas ante el ordenador, errores y aciertos pero, sobretodo, satisfacción por crear comunidad, conocer a personas fantásticas y poner mi granito de arena en la creación de equipos, en un mercado donde todo funciona diferente.

Dejamos atrás las estructuras piramidales, los horarios rígidos, los desplazamientos a la oficina. Es cierto que asumimos otros contras: el camino no es sencillo, las respuestas no son rápidas, el cambio se gesta paso a paso y nos convertimos en únicas responsables de nuestros pasos, con todo lo que eso implica.

Pero los pros también asoman, con paciencia y trabajo.

¿Qué es, en realidad, una asistente virtual?

Una asistente virtual es una profesional libre que trabaja con uno o varios clientes desarrollando tareas varias.

Por ejemplo: puede ayudar a los emprendedores con tareas similares a la de una secretaria o administrativa (sólo que con las particularidades del nuevo paradigma laboral digital). De este modo podrá ofrecer tareas documentales, organizativas, contables y de soporte al cliente o a las comunidades.

Pero una asistente virtual, también puede realizar otro tipo de tareas que no tienen que ver con lo anterior. Te pongo algunos ejemplos:

  • Transcribir una entrevista.
  • Maquetar un post.
  • Revisar un documento.
  • Diseñar creatividades.
  • Redactar textos sencillos.
  • Programar publicaciones en redes sociales.
  • Crear un formulario.
  • Editar, de manera básica, un vídeo.

¿Significa esto que debes saber hacer todas esas cosas para ser asistente virtual o que tu cliente te pedirá hacer todo esto?

En realidad no. Lo más común – aunque puedas comenzar haciendo un poco de todo con varios clientes para aprender – lo lógico es que, con el tiempo, te centres en aquello que mejor se te da y que más te gusta.

Puede ser que te guste ser multitarea o que te consideres alguien multipotencial y disfrutes cambiando de actividad o combinando áreas pero, aún así, los frentes posibles son tantos que, de un modo u otro, tendrás que limitar tus servicios.

Resumiendo: podrías ser una asistente virtual clásica (vinculada a las primeras tareas que te he mencionado), podrías ser una asistente virtual alternativa (vínculada al segundo listado de tareas que te he mostrado) pero también – y esto es bastante común – puedes ser una asistente virtual mixta.

Por ejemplo: podrías dar soporte por email a los clientes pero además maquetar post y publicar en en redes sociales.

Diferencias con otras profesiones

Cuando te adentras en este perfil profesional, uno de los desafíos más importantes es informarte e informar a las personas con las que trabajas, de los límites de tu trabajo y las diferencias con otras profesiones digitales de nueva creación como, por ejemplo, project manager digital, community manager o copywriter. 

Es importante entender el papel de cada perfil profesional para establecer claramente las funciones de unos y otros y diseñar un paradigma laboral sostenible, donde cada uno hace lo que mejor sabe.

Una clave importante para empezar a entender estas diferencias es que, en líneas generales, la asistente implementa lo que otros crean. Y cuando digo otros me refiero a dos perfiles: bien los emprendedores a los que ayuda o, también, los perfiles profesionales que le complementan.

Veámoslo con algunos ejemplos:

Una asistente virtual no crea una estrategia o plan de contenidos para redes sociales pero sí puede programar post, diseñar creatividades, crear textos sencillos, organizar el calendario editorial.

Una asistente virtual no es una diseñadora gráfica experta ni especialista en edición de vídeo pero puede ofrecer servicios de edición de vídeo básicos y también crear diseños sencillos para usos concretos usando el material (branding) previamente creado por un experto.

Una asistente virtual no es una asesora financiera pero puede ayudarte en tareas contables como crear facturas o gestionar cobros y pagos.

Asistentes virtuales con doble profesión

Ahora bien, es totalmente posible que una asistente virtual ofrezca otros servicios, aunque no estén dentro de sus funciones como asistente. Es lo que se conoce como asistente virtual con doble profesión.

En algunas ocasiones, ya se trae de fábrica antes de formarse. Por ejemplo: has trabajado como editora de vídeo, diseñadora gráfica, fotógrafa, informática, administrativo, coordinadora de equipos, etc.

En todos estos casos, la segunda profesión ya está definida y lo que necesitas es aplicar esas habilidades en un nuevo escenario: el de los negocios digitales. Recuerda que si, cuando entres a trabajar con un cliente, realizas alguna de esas funciones correspondientes a tu otra profesión, tendrás que detenerte a analizar si está dentro o no de tus competencias como asistente virtual y, en base a eso, valorarla.

Si tienes doble perfil profesional, este deberá tenerse en cuenta como un servicio extra, más allá de tus tarifas como asistente virtual.

Otra posibilidad es que te estés formando como asistente y, a la vez o posteriormente a tu primera formación, te prepares para realizar tareas de otros profesionales. Ejemplo: eres una asistente virtual y project manager o digital, una asistente y experta en publicidad en redes, una asistente y mecánica digital, etc.

Tendrás que comunicar con claridad a tus clientes las tareas que corresponden a uno u otro perfil y hacerles entender las diferencias.

Asistentes virtuales especializadas

Otra posibilidad es que, con el tiempo y la experiencia – especialmente a medida que te conozcas más a ti misma – decidas especializarte.

Una asistente virtual puede especializarse:

  • En un tema. Por ejemplo: asistente virtual experta en negocios sobre yoga.
  • En una herramienta. Por ejemplo: asistente virtual experta en Active Campaign.
  • En  un área. Por ejemplo: asistente virtual experta en gestión del email y soporte al cliente.

¿Estás buscando formación como asistente virtual?

Entonces, te invito a tomar papel y boli y plantearte cuál es la formación ideal para ti. Aunque hace unos años no existían formaciones de este tipo y éramos muy poquitos los formadores en esta profesión, actualmente, hay un montón de compañeros con escuelas sobre esta y otras profesiones.

Mi recomendación es que escojas aquel formador o formación que más encaje con tus valores y objetivos.

En mi caso, por ejemplo, estoy especializada en formar a asistentes cuyo objetivo no es llenar inmediatamente la agenda de clientes. Aunque esto es posible en muchos casos debido a que es un perfil bastante demandado, para mi no tiene sentido formar a asistentes que terminan trabajando desde casa pero se sienten:

  • Desbordadas por haberse comprometido a más horas de las que podían asumir.
  • Desmotivadas por estar trabajando con clientes con los que no comparten valores o misión.
  • Agobiadas por la necesidad de encontrar clientes a toda costa y de cualquier tipo, por la necesidad económica.
  • Pérdidas por no haberse parado a conocerse mejor y arrastradas a un concepto de éxito que no es el suyo.

Un curso de asistencia virtual y autoconocimiento

En definitiva, mi formación está orientada a asistentes para las que no es suficiente llenar la agenda sino que buscan algo más: avanzar más lento pero más alineadas con su esencia, trabajar con calma y autoconocimiento para  acercarse a la reinvención profesional sin prisa, con prudencia y de dentro hacia fuera.

Las habilidades prácticas están presentes, por supuesto. De lo contrario no sería una formación de asistencia virtual pero todos los contenidos están regados con esta filosofía. Cada paso del camino, se plantea como un viaje, como una conversación entre nosotras a bordo de un tren imaginario donde te contaré, con una taza de café en mis manos, todo lo que he aprendido sobre asistencia virtual y autoconocimiento desde que inicié mi aventura emprendedora, allá por 2013.

Mil gracias a Dolores por abrirme este espacio en su casa digital para compartir con su comunidad un trocito de esa profesión que compartimos.


Gracias a ti, Mamen,  porque después de mucho tiempo haciendo una concienzuda búsqueda encontré tu formación para asistentes virtuales. Y gracias a ello no solo pude empezar a trabajar en el mundo online, sino que encontré mi primer cliente que aún mantengo.

Y a mis lectores, gracias por llegar hasta aquí. Si quieres saber más sobre el programa de Mamen desde el punto de vista de una de sus alumnas, no dudes en enviarme un mail o dejarme un comentario y te responderé 🙂

 

Photo by Jan Huber on Unsplash.